Ser Coach Ontológico me ha traído innumerables regalos. Tal vez uno de los que quisiera resaltar, es el haberme dado el poder para reconocerme en mis luces y en mis sombras, el poder para observarme e indagarme frecuentemente, y de este modo, permitirme cuestionar y soltar las ataduras de mis pensamientos -algunos propios y otros ajenos-. Me ha abierto caminos de aprendizaje y posibilidades de abrazar el cambio y la transformación constante, que me conducen a resultados diferentes y mejores.
Celebro la diferencia, la autenticidad, la libertad, y cultivo el amor y el respeto por mí misma y por el otro, como seres únicos y maravillosos que somos. Disfruto la creación de mundos a través de la palabra, amo el hacer consciente y potenciar las sutilezas de la corporalidad, vibro y me recargo en la conexión con la naturaleza, atesoro mi paz interior.
He comprendido que mi manera particular de servir en este mundo es conectándome desde lo más profundo de mi ser, tocando amorosamente la vida de otros a través del acompañamiento. A veces dicho acompañamiento se traduce en sesiones individuales de coaching para todo aquel que desee entrar en este camino sorprendente de hacernos cargo de nuestras vidas. En otras ocasiones es grupal, en las que, a través de la facilitación de talleres, tengo la fortuna de llegar a líderes de empresas de diferentes sectores, que están abiertos y deseosos de hacer de ellos mismos con sus grupos de trabajo, personas y equipos de alto desempeño.
